“Así es como muere la democracia en medio de un estruendo de
aplausos” Senadora Leia Organa
Cuando el canciller Sheev Palpatine solicitó al Senado
Galáctico poderes plenipotenciarios, en "Star Wars Episode Three: The Revenge of The Sith", todo el control militar de las tropas de la República fue transferido
al Emperador bajo la promesa de que así se lograría finalizar la Guerra de los
Clones.
Efectivamente la guerra finalizó, y entonces, el ejército de
clones no regresó a las manos de la República, sentando las bases para su
abolición y la creación del infame Imperio Galáctico.
¿Qué es una República y para qué sirve?
República, del latín “res puvlica” que significa “cosa
pública” o “cuestión común”, es una forma de organizar el Estado y concentrar
el poder, en principio, para ponerlo al servicio de los ciudadanos. Desde su acepción
más simple, la República es esencialmente democrática, en tanto su mayor
preocupación son los asuntos del pueblo. Por ello la democracia es el mejor vehículo
para fundir la alianza entre el origen, el ejecutor y el beneficiario del poder.
La forma en que el poder se organiza y se administra dentro de la República ha
sido el centro de un extenso debate, desde la Atenas antigua hasta el presente,
en el cual se han expuesto las ideas que hoy dan forma al Estado moderno:
Rousseau, Montesquieu, Madisson, entre otros han sido partícipes de ese debate.
Por eso es que en democracia la legitimidad (de la República) reside y emana del
pueblo, el cual se expresa a través del voto.
La materialización de la utilidad de la República es también
objeto de discusión. Allende su principio fundamental de servir al pueblo, los
medios para alcanzar tal objetivo son el centro del debate político en el mundo
libre. La cuestión es esa. No si las Repúblicas son buenas o no, o si deben
servir al pueblo o no, la pregunta es cómo.
Esta forma de Estado también brinda el beneficio de servir
como entorno propicio para el Mercado, como figura distributiva de la riqueza
social. En sus ensayos sobre el derecho natural (iusnaturalis) el filósofo Thomas Hobbes acertaba que solo bajo un
mínimo de condiciones de paz podían aparecer las instituciones sociales del
mercado, el cual bien sea de paso, es el mejor instrumento para procurar el
bienestar colectivo.
República, pueblo y mercado parecieran, entonces, estar
hermanados.
Estas formas de Estado no son espontáneas. Las Repúblicas
modernas son el fruto de un prolongado proceso de aprendizaje, el cual, a partir
del conflicto entre las clases sociales por su inconformidad con otras formas
de gobierno, dio lugar a esta particular forma de distribuir el poder que ha
servido hasta ahora para proveer de una importante combinación de bienestar,
justicia y estabilidad a la humanidad.
Pero mantener a las Repúblicas es costoso.
El 4 de febrero de 1992 el expresidente Rafael Caldera
pronunció un discurso ante el antiguo Congreso de la República para referirse a
los acontecimientos del Golpe de Estado dirigido por Hugo Chávez.
Link:
En él, Caldera menciona que ciertamente el Golpe significaba
una lesión a las instituciones democráticas y el orden constitucional, pero que
dadas las condiciones materiales que entonces atravesaba la sociedad, poco
sentido tenía defender a la República en tanto esta no era capaz de satisfacer
las mínimas necesidades del pueblo. Como si la República estuviese
desconociendo el mandato para el cual fue constituida.
En 1998 Chávez es electo presidente de la República que el
mismo había lesionado 6 años atrás. A partir de entonces, el militar hizo uso
de los mecanismos democráticos para solicitarle al pueblo una mayor suma de
poder, utilizando la equivalencia comunicacional entre líder y seguidores para
justificar la conducción absoluta de Estado, y así, sepultar a la democracia en
medio de un estruendo de aplausos.
La propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro
supone una fractura definitiva del Estado republicano, pues salta sobre sus
bases democráticas al proponer un esquema turbio para la elección de los
asambleístas, y porque con ello, persigue el propósito de prolongar la estadía
de su clase en el poder y no el
bienestar del pueblo.
El chavismo utilizó a la democracia como medio para
construirle su propia tumba. Hicieron elecciones mientras estas le fueron útiles
a su proyecto. Ahora que ya no le son útiles, la desconocen y menosprecian con
estructuras paralelas.
En los esquemas que rigen al chavismo, supuestos principios
de una izquierda trasnochada y retrógrada que aún no se adapta a la nueva
realidad del capitalismo mundial, el objetivo es hacer la revolución a través
de la vanguardia del partido, aunque eso pueda significar, en algún momento, un
detrimento del bienestar social.
Y todo esto es posible gracias a la anuencia de las Fuerzas
Armadas.
Si la legitimidad emana del pueblo, la efectividad del poder
reside en el monopolio de la violencia que esta detenta, y valga decir, que
siempre puede haber monopolio de la violencia sin República.
Eso se llama dictadura.
Cuando el Canciller Palpatine dio la “Order 66” con la cual
eliminó al consejo Jedi y a la mayoría de los integrantes de la Orden, lo hizo
gracias a una “codificación” que los
clones llevaban en sus genes, la cual, había sido introducida en secreto por
los caminoanos.
El Chavismo tiene 18 años haciendo esa “codificación”.
El 5 de julio de 1999 Jorge Olavarría dio un discurso ante
el Congreso de la República para referirse a las maneras del novel presidente
Chávez. En él, señaló que este confundía la legitimidad que le confería ser
electo por el pueblo con el poder absoluto del pueblo; él creía que eran la
misma cosa, y que él, en sí mismo, era el
propio pueblo.
Link:
Así fue como Chávez comenzó a desatar los demonios del
militarismo. Usando a la democracia levantó el control que los civiles habían
construido alrededor de los militares, para que ahora, 19 años después, estemos
otra vez a la espera de lo que estos digan para dirimir el futuro de la
República. Justo como estábamos hace un siglo.
Maduro quiere terminar de liberar el cepo, de poner fin al
control que los civiles tenemos sobre los militares para hacer que la República
esté a nuestro servicio, justo como hizo Sheev Palpatine con la República
Galáctica. Bueno, al menos este lo hizo con un ejército de clones, incapaces de
razonar por si mismos…
Ojalá este no sea el caso. Si no, ya sabemos que le pasó a
la Galaxia.
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