martes, 21 de septiembre de 2010

Jeunesse


Incrustados cómo pequeños bloques en un cubo de Romicube o sueltos como Legos en un cajón, viven los jóvenes en su propia división de la sociedad, prácticamente creada por sus propias condiciones y regida por sus propias reglas. Un abanico tan amplio como complejo, compone a los caracteres que definen la naturaleza de esta precoz masa social. Y una exponencial cantidad de razones dan forma al día a día de cada uno de estos elementos llamados: jóvenes.

Con tantas dificultades y limitaciones como capacidades y atributos, día tras día estos jóvenes luchan para sortear obstáculos impuestos por su propia juventud, con la mirada puesta en objetivos que en ocasiones pueden tan superficiales y efímeros como complicados los escoyos que estos deben atravesar para lograrlos. En un mar lleno de contrastes, cambios e incertidumbre, navegan los cuerpos tangibles del futuro, sumergidos en sus creencias y por lo general cegados por sus propias verdades. Muchas veces sin comprender nada y siempre ante la realidad de que nadie más que ellos puede comprenderlos, comienzan a veces solos, a veces acompañados, a veces confusos y a veces orientados, el camino que pondrá a prueba sus capacidades y como por orden celestial determinará su futuro. Es más o menos así, con una metáfora más o un símil menos, como trascurre el tiempo de aquel grupo de individuos llamado: juventud.

No hace falta dar mayores detalles puesto que los lectores, saben por sus propias condiciones todas las particularidades del asunto, pero sin embargo, muchas veces desconocen el por qué de muchos de los factores que inciden en sus acaudaladas vidas, que paradójicamente estando libres de tantos compromisos y responsabilidades los conflictos y los problemas siempre están a la orden del día. Estos conflictos y problemas vienen dados por paradigmas (entiéndase por paradigma: conjunto de creencias firmes que determinan un objetivo o un camino) la mayoría de las veces errados que conducen a los jóvenes por caminos tan molestos y difíciles como improductivos e innecesarios; pero que sin embargo, estos mismos son tan aceptados por quienes los padecen que terminan por convertirse en una realidad bíblica. Es por eso que factores como la sensatez, la madurez y la experiencia son tan determinantes para la resolución de estas “guerras troyanas” que tanto abundan en la juventud.

Referirse a estas “guerras troyanas” es referirse a conflictos cuyos orígenes y motivaciones son muy absurdos y pequeños en comparación a los problemas que de ellos se generan. Estos, de igual forma que los falsos paradigmas mencionados anteriormente, están fundamentados en necesidades inventadas, complejos, baja autoestima y verdades tan efímeras como infames que son inventadas por la misma gente que los padece y algunos indeseables agentes externos. Tal es el caso de las modas y los rumores, que son capaces de cambiar en algunas personas la concepción que tienen de su entorno e incluso de si mismos, creando prejuicios y complejos que nuevamente están fundamentados en verdades que son tan infames como intangibles. Y no es una exageración afirmar que estos factores pueden motivar un cambio drástico de percepción y mentalidad en un individuo, puesto que está más que comprobado que son muchos los que cambian sus hábitos, desde alimenticios hasta de hablar y de vestir, para estar acorde a una tendencia o moda generalizada. O sencillamente para desatender a una crítica o encajar en un grupo.

Respecto a este ultimo punto, donde se resalta lo importante que es para un adolescente encajar en un determinado grupo social, es fundamental destacar como algunas carencias individuales tales como la poca autoestima, la falta de determinación y una mala escala de valores generan sufrimientos que no existirían si estos puntos estuviesen en los niveles adecuados, y es por eso que las personas buscan llenar esas carencias con otras cosas como la moda, el buen vestir, los amigos y la mal llamada “popularidad”. Es por eso que cuando existen las carencias y el individuo no logra llenarlas surgen esos dramáticos “conflictos existenciales”. En otras palabras, la juventud pasa muchos de sus malos ratos por puras tonterías. Es comprensible, que con el paso del tiempo los gustos y los intereses vayan cambiando y que de igual manera la vulnerabilidad de cada quien también lo haga. Y que también existen algunas cosas que son enteramente necesarias para un transitar más tranquilo por la vida como por ejemplo las relaciones en pareja, los amigos, la diversión e incluso la fe y los ídolos. Pero que alguno de estos puntos se ausente momentáneamente durante la juventud, es completamente normal y comprensible, a demás está más que sabido que nadie se muere por tener los pies puestos sobre la tierra.

Finalmente, se debe de resaltar la importancia que tiene para quien anda a la deriva el saber a que circunstancias está sujeto y cuales son las motivaciones de las mismas. De aquí la relevancia de conocerse a si mismo y de poseer la entereza mental suficiente como para determinar qué cosas son importantes, hasta qué punto, y cuales no. Como seres humanos, por naturaleza estamos destinados a la convivencia social y en consecuencia a las circunstancias de la sociedad, pero queda de parte de cada quien determinar cuan vulnerable es a su propia naturaleza.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Una producción Independiente

Desde hace un tiempo para acá que el fútbol nacional se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento o “evolución” que abarca todos los sectores de la empresa del balompié, y dicho proceso a diferencia de otros sectores del país se ha logrado sostener y colocarse “a trancas y mochas” en un nivel mucho más profesional y competitivo que en épocas pasadas. Como es lógico es mucho lo que se habla de este segundo aire que vive el balompié nacional y de cómo y hacia donde se está inclinando esta nueva era.

Por la naturaleza de este evento, y por la mera ubicación geográfica del país, se hace inevitable comparar a nuestro fútbol con el de los países vecinos. De igual manera se hace una observación especial en cómo las costumbres, aptitudes, mañas, métodos y la naturaleza en sí de cada uno de los balompiés suramericanos influyen en el nuestro. Y si dicha influencia resulta positiva o negativa para el desarrollo en sí de la industria.

Ahora pasaré a hablar de manera personal, basándome en las experiencias que he acumulado durante 4 años de estar vinculado con el campeonato nacional y toda una vida comprometido con la selección. Es mucho lo que se dice de cómo las crecientes hinchadas o fanaticadas de los clubes nacionales han tomado como referencia el modelo argentino. Y yo como partícipe de la “fiesta” de una de las más polémicas bancadas del país (Los Demonios Rojos) puedo dar testimonio, con más pesar que alegría, que ciertamente muchas de las costumbres o métodos de las barras argentinas se han insertado en las gradas del país. Desde que comencé mi andar como fanático del rojo, han sido muchos los comentarios o las críticas que he recibido, porque las hinchadas carecían de originalidad y una aptitud propia. Y si bien las fanaticadas de los clubes habían crecido sensiblemente, estas eran otro producto hecho en serie bajo el mismo patrón que el argentino.

A cualquier fanático le molestaría ser objeto de un comentario como ese, pero es peor aun, cuando un hincha del Caracas como yo recibe esa crítica debido a que la bancada del club rojo es una de las pioneras y referentes del fútbol nacional. Y con una acusación como esa se hace quedar la causa como una completa farsa. Sin embargo, el tiempo se encargaría de enrostrarme la causa de esa crítica que otrora tanto me enfermó. Y no sería hasta cuando el destino me puso en una cancha de fútbol argentino, en vivo y directo, para poder hacer con verdadera propiedad, las consideraciones del caso.

Así fue entonces. Recientemente tuve la oportunidad de presenciar un encuentro en el Juan Domingo Perón de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y después de observar por mí mismo las conductas de los hinchas argentinos debo admitir penosamente que si hay muchos resabios y modismos que han sido copiados en Venezuela. Y para ser más drástico y preciso, debo referirme al enorme pero no casual parecido que existe entre las hinchadas del Rojo y . . . del Rojo. Es decir entre las hinchadas del Caracas y de Independiente de Avellaneda. Muchos de los cánticos emblemáticos de LDR (entiéndase: Los Demonios Rojos) como “El Matador” el sempiterno “Dale roo!” y hasta los gritos de “hoy he vuelto a la cancha..” son también entonados por la parcialidad avellanedense con algunas variaciones claro. Pero antes de sacar cualquier conclusión apresurada, los factores históricos y tradicionales que favorecen a la bancada argentina me llevan a tomar el hecho de que la copia fue Caracas-Independiente y no Independiente-Caracas. Inclusive, el asunto va más allá de las parcialidades. Si recordamos las incidencias del campeonato pasado (2009-2010) veremos que se presentaron muchas incidencias e inconvenientes propios del fútbol argentino y que no se habían visto antes en el país, tales como la violencia, la insurrección pública por citar solo dos casos. Si bien es cierto que problemas como estos se pueden generar por otras causas, hay que reconocer que es mucho lo que tiene que ver el cambio de actitud que han sufrido o sufrieron algunas fanaticadas criollas.

En contraparte, está el camino tomado por la MLS en los Estados Unidos. En este caso los gerentes gringos decidieron tomar como referencia al fútbol alemán, el cuál comparte algo del furor y el fanatismo suramericano pero con una dosis mucho mayor de organización y civismo que no hay por estas tierras.

Pero mucho más que criticar y desmerecer el mérito de las hinchadas del país y mucho menos la del Caracas FC lo que quiero es señalar los inconvenientes que surgen cuando no se da un crecimiento coordinado y lo que es peor aún, cuando se toma un mal ejemplo como referencia. Reitero nuevamente que mi objetivo no es hablar mal de LDR ni de la bancada de Independiente, sino que considero importante señalar, hasta que punto se es consecuente con lo que se predica y cuando comienza a volverse puro gamelote.

Finalmente termino con señalar la importancia de seleccionar buenos modelos cuando se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento y cambio tan grande e importante como lo es el fútbol nacional. Reiterando mis deseos de que pronto podamos tener un balompié de gran organización y talaje y que podamos poner el tricolor en lo más alto de las canchas del planeta.