miércoles, 15 de septiembre de 2010

Una producción Independiente

Desde hace un tiempo para acá que el fútbol nacional se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento o “evolución” que abarca todos los sectores de la empresa del balompié, y dicho proceso a diferencia de otros sectores del país se ha logrado sostener y colocarse “a trancas y mochas” en un nivel mucho más profesional y competitivo que en épocas pasadas. Como es lógico es mucho lo que se habla de este segundo aire que vive el balompié nacional y de cómo y hacia donde se está inclinando esta nueva era.

Por la naturaleza de este evento, y por la mera ubicación geográfica del país, se hace inevitable comparar a nuestro fútbol con el de los países vecinos. De igual manera se hace una observación especial en cómo las costumbres, aptitudes, mañas, métodos y la naturaleza en sí de cada uno de los balompiés suramericanos influyen en el nuestro. Y si dicha influencia resulta positiva o negativa para el desarrollo en sí de la industria.

Ahora pasaré a hablar de manera personal, basándome en las experiencias que he acumulado durante 4 años de estar vinculado con el campeonato nacional y toda una vida comprometido con la selección. Es mucho lo que se dice de cómo las crecientes hinchadas o fanaticadas de los clubes nacionales han tomado como referencia el modelo argentino. Y yo como partícipe de la “fiesta” de una de las más polémicas bancadas del país (Los Demonios Rojos) puedo dar testimonio, con más pesar que alegría, que ciertamente muchas de las costumbres o métodos de las barras argentinas se han insertado en las gradas del país. Desde que comencé mi andar como fanático del rojo, han sido muchos los comentarios o las críticas que he recibido, porque las hinchadas carecían de originalidad y una aptitud propia. Y si bien las fanaticadas de los clubes habían crecido sensiblemente, estas eran otro producto hecho en serie bajo el mismo patrón que el argentino.

A cualquier fanático le molestaría ser objeto de un comentario como ese, pero es peor aun, cuando un hincha del Caracas como yo recibe esa crítica debido a que la bancada del club rojo es una de las pioneras y referentes del fútbol nacional. Y con una acusación como esa se hace quedar la causa como una completa farsa. Sin embargo, el tiempo se encargaría de enrostrarme la causa de esa crítica que otrora tanto me enfermó. Y no sería hasta cuando el destino me puso en una cancha de fútbol argentino, en vivo y directo, para poder hacer con verdadera propiedad, las consideraciones del caso.

Así fue entonces. Recientemente tuve la oportunidad de presenciar un encuentro en el Juan Domingo Perón de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y después de observar por mí mismo las conductas de los hinchas argentinos debo admitir penosamente que si hay muchos resabios y modismos que han sido copiados en Venezuela. Y para ser más drástico y preciso, debo referirme al enorme pero no casual parecido que existe entre las hinchadas del Rojo y . . . del Rojo. Es decir entre las hinchadas del Caracas y de Independiente de Avellaneda. Muchos de los cánticos emblemáticos de LDR (entiéndase: Los Demonios Rojos) como “El Matador” el sempiterno “Dale roo!” y hasta los gritos de “hoy he vuelto a la cancha..” son también entonados por la parcialidad avellanedense con algunas variaciones claro. Pero antes de sacar cualquier conclusión apresurada, los factores históricos y tradicionales que favorecen a la bancada argentina me llevan a tomar el hecho de que la copia fue Caracas-Independiente y no Independiente-Caracas. Inclusive, el asunto va más allá de las parcialidades. Si recordamos las incidencias del campeonato pasado (2009-2010) veremos que se presentaron muchas incidencias e inconvenientes propios del fútbol argentino y que no se habían visto antes en el país, tales como la violencia, la insurrección pública por citar solo dos casos. Si bien es cierto que problemas como estos se pueden generar por otras causas, hay que reconocer que es mucho lo que tiene que ver el cambio de actitud que han sufrido o sufrieron algunas fanaticadas criollas.

En contraparte, está el camino tomado por la MLS en los Estados Unidos. En este caso los gerentes gringos decidieron tomar como referencia al fútbol alemán, el cuál comparte algo del furor y el fanatismo suramericano pero con una dosis mucho mayor de organización y civismo que no hay por estas tierras.

Pero mucho más que criticar y desmerecer el mérito de las hinchadas del país y mucho menos la del Caracas FC lo que quiero es señalar los inconvenientes que surgen cuando no se da un crecimiento coordinado y lo que es peor aún, cuando se toma un mal ejemplo como referencia. Reitero nuevamente que mi objetivo no es hablar mal de LDR ni de la bancada de Independiente, sino que considero importante señalar, hasta que punto se es consecuente con lo que se predica y cuando comienza a volverse puro gamelote.

Finalmente termino con señalar la importancia de seleccionar buenos modelos cuando se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento y cambio tan grande e importante como lo es el fútbol nacional. Reiterando mis deseos de que pronto podamos tener un balompié de gran organización y talaje y que podamos poner el tricolor en lo más alto de las canchas del planeta.

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