viernes, 26 de junio de 2009

¡Que la canten los pasteleros a los que les falta corazón!

Los pasteleros, cáncer del deporte y depresores del orgullo nacional, los hay como arroz y se esparcen como gripe porcina, son el irritante número uno de todo seguidor y amante del deporte del patio y del orgullo patrio.

Antes de desarrollar más el contenido de esta nota explicaremos a los lectores el significado etimológico de ‘’pastelero’’. Pastelero: persona que posee marcadas y fuertes preferencias por el deporte y el gentilicio de un país foráneo y que denigra del propio. Suelen seguir a selecciones de otras naciones y apoyan a la suya en momentos de conveniencia, suelen cambiar repentinamente su percepción del combinado nacional y por lo general están constantemente en búsqueda de un antepasado que los ligue a otro país dejando de lado al suyo.

Así tal cuál como lo leen son las características fieles de un pastelero, y por las actitudes evidenciadas genera rápido rechazo y molestia en aquellos que en verdad son lo que se supone debería ser un ciudadano orgulloso de su nación. Es por eso que en repetidas ocasiones suelen dispararse conflictos y escaramuzas entre alguien que bien se puede sentir ofendido al ver que un conciudadano goza los triunfos ajenos por en cima de los propios. Son los pasteleros y el pastelerismo en sí más que una plaga para la sociedad venezolana, son más bien… como antes mencioné, UN CÁNCER.

Y aunque suene duro y radical hay que decirlo así, el pastelerismo es un fenómeno que invade nuestras mentes desde nuestros primeros destellos de conciencia, porque lamentablemente se ha convertido en algo común y lo que es peor “natural” porque se encuentra presente en una inmensa mayoría de los hogares venezolanos. Desde pequeños se nos enseña a celebrar los triunfos de Brasil, Argentina, España, Italia etc. Y aunado a esto, a criticar y a denigrar los fallos y errores de nuestra selección y del país en sí. No es que haya que ocultar las fallas de lo propio, porque es necesario localizarlas para así tratarlas e intentar solucionarlas, si no que se acostumbra a quejarse de cualquier cosa del país… y llenarnos la boca hablando bien de los demás y no haciendo nada para equiparar lo nuestro con lo ajeno. Típica conducta del ciudadano venezolano.

El deporte nacional y más concretamente el fútbol, es víctima de menosprecios y vejaciones por parte del público en general, que se horrorizan cuando escuchan a un grupo hablando de los posibles fichajes del Táchira o del Caracas, cuando para ellos eso no tiene ningún sentido y constituye una ‘’pérdida de tiempo’’ cuando más haya de nuestras fronteras se debate el futuro de Cristiano Ronaldo, Kaká, Ronaldinho etc. Además esta conducta está motivada en gran manera por lo ignorante que se siente un pastelero a la hora de ver que no puede decir nada de lo que supuesta mente más conoce. ‘’No podemos conocer a nadie más si no nos conocemos a nosotros mismos’’ RL.

Y la excusa y el agravante que siempre utilizan los pasteleros es el mismo ‘’el fútbol del Venezuela no se compara con el de Europa o el de cualquier lugar del mundo’’. Bueno es posible que el Zamora no se encuentre en posición de vencer al Real Madrid o el Monagas al Manchester United... ok. Pero… ¿olvidó usted a que país pertenece? ¿Olvidó que gentilicio enuncia su cédula? ¿No se le ocurre que tal vez pueda aportar algo a su fútbol para que algún día esté al nivel de ese que tanto le enorgullece… y así pertenezca Ud. También a una nación exitosa en el fútbol? Ahh pero ante esas interrogantes todos huyen a la derecha y empiezan a contar anécdotas del pasado de sus padres… de que ellos son más de haya que de acá (puro gamelote), que desarrollar el deporte nacional le corresponde al gobierno no a ellos, y por ahí se van… Les recuerdo que la idea no es que se desconozcan sus raíces o que se olvide de su pasado… no, la idea es que antes de apoyar lo foráneo por la razón que sea contribuya a desarrollar lo nuestro primero, por que al fin y al cabo viviendo en Venezuela Ud. Nunca podrá ir a ver un partido de la liga española o de la Seria A en vivo sin que le tome una cantidad de dinero y tiempo inmensa que a la final resultaría simplemente absurdo realizar dicha acción; más fácil le sale acercarse al estadio más cercano y disfrutar de un partido de fútbol nacional, teniendo el conocimiento sobre la liga y los jugadores necesario para disfrutar a plenitud.

Pero sin embargo hay noticias esperanzadoras, día a día más y más pasteleros dejan de ser fanáticos de televisor para pasar a convertirse en activistas y alentadores del fútbol patrio a través de las posibilidades que cada uno disponga, ya sea acercándose al estadio o si es un empresario contribuyendo con su dinero al desarrollo de esta empresa. Todo esto motivado por los recurrentes éxitos de los clubes locales en competencias internacionales como es el caso del Caracas FC, o por las victorias y buenos desempeños de la selección nacional en amistosos y en las eliminatorias mundialistas. Esto ha creado una atmósfera donde cada venezolano se hace más partícipe del presente y del futuro del país y del peso que pueda tener el nombre de su país al ser escuchado por los extranjeros a que les toque vernos las caras.

Porque es así, la selección nacional y el país es el reflejo de la sociedad, que influye a través de cada quien de manera directa o indirecta dependiendo de cuál se el caso. Por ejemplo, si usted y sus amigos van todos los domingo a apoyar al equipo de su región y gritan, saltan y alientan los 90min. del juego, eso influirá directamente en el desempeño de esos jugadores, si esos jugadores lo hacen bien serán convocados a la selección y si nuevamente los vuelven a alentar pues posiblemente la selección gane. Mientras que si Ud. se queda frente al televisor viendo fútbol europeo, ese jugador nunca recibirá esos beneficios y probable y seguramente su desempeño será otro.

Es por eso compatriotas que quiero reforzar ese sentimiento nacional y exhortarlos a que contribuyan como puedan al desarrollo del país y de nuestro fútbol, haciendo las cosas como es debido y sintiéndose más dueño de lo que pasa en el país. Agradecemos su tiempo de lectura. Atte.: Rafael Labrador.

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