miércoles, 28 de julio de 2010

La gente no piensa con la cabeza, piensa con el estómago.

Dedicado a mi amigo y oportuno lector y comentarista Jesús E. Daboin P. por toda su colaboración y apoyo durante tanto tiempo.

El origen de esta nota surge al momento en que estaba revisando mis correos y en medio de la habitual basura de Facebook y Mercadolibre, me topé con un mail de esos que traen presentaciones de Power Point y tienen títulos escandalosos y con muchos signos de interrogación, y dicen cosas alusivas como “¡¡¡IMPORTANTE MIRAR ESTO!!!” o alguna otra ridiculez por el estilo. Decidí, para variar un poco, revisar este correo buscando cambiar la rutina de eliminar todos los de este tipo sin abrirlos. Bueno resulta ser, que esta presentación hablaba un poco sobre el árbol genealógico de Bolívar, de sus ancestros, sus contemporáneos y finalmente de su “descendencia” La cuál a pesar de que el Libertador nunca tuvo hijos, se manifiesta a través de sus sobrinos y los descendientes de estos. Vaya la casualidad cuando después de 3 diapositivas latosas llegamos al supuesto de que Leopoldo López está emparentado con Bolívar, si el ex – alcalde de Chacao, Leopoldo López. Honestamente no se si eso sea verdad o no, pero lo que si les puedo decir que es un hecho, es que francamente eso no me importa. Eso por una parte.

Ahora bien, con respecto ya a lo que es el contenido de la nota. Recordé que la mayoría de las veces que hablo de política con mi abuelo o con cualquier persona racional que apoye la corriente política del actual gobierno nacional, estos usan como argumento principal para defender su causa el hecho de que la gente ahora (y digo gente refiriéndome a ese 81% de la población que es pobre) tiene posibilidades de acceder a cómodos y beneficiosos puestos de empleo regentados por el estado, a los cuales antes no tenía acceso por culpa de la cuarta república. Acusación la cual se me hace completamente cierta. Ahora bien, más allá de que esta solo sea una inversión de roles (cosa que podría discutirse) hay que decir también, que todos esos muchos que ahora pasan a ser empleados públicos que gozan de prestaciones sociales, vacaciones pagas, servicios de asistencia médica, créditos, y otras facilidades mal o bien habidas, son los que con razón tienen razones para apoyar la causa del presidente. Y aunque sus bolsillos antes vacíos estén ahora llenos, de plata que no vale nada, es al estado a quien deben esa nada que les permite sobrevivir.

Repasemos entonces el modelo económico socialista o social-comunista, para contextualizarnos un poco. En estos tipos de gerencia económica, se establece que el Estado será el mayor ente empleador de la nación, y que en él o a través de él se gestionarán, procesarán, producirán etc. Aquellos bienes y servicios que son de importancia vital para la nación. Si analizamos la actualidad del país o también, abrimos cualquier periódico, saltará a la vista la expansión macroeconómica que realiza el Estado para cumplir a cabalidad este precepto, y se hace evidente al sumar los puestos de empleo que generan (o generaban) todas las empresas absorbidas por el Estado, que el mayor empleador de este país es el Estado, o como se dice popularmente “El Gobierno” Ahora que tenemos por verdad el hecho de que el mayor empleador del país es el Estado y damos por sentado el hecho de que este paga a sus empleados, podemos concluir que es el Estado quien mantiene al grueso de la población, o que la población es “estado – dependiente”

Volviendo al punto en que dije que: “… es al estado a quien deben esa nada que les permite sobrevivir” y que al mismo tiempo, justifiqué la parcialidad política solo a aquellos que se encontraban en esa situación, se hace evidente concluir, que la mayoría de la población se encuentra en esa circunstancia y que por tanto esa mayoría es “legalmente oficialista” Se crea entonces una estrecha relación entre el factor económico y el factor político, donde la gente se ve “obligada” a respaldar una parcialidad porque es esa la que le permite su manutención. Y digo “obligada” entre comillas porque esta no es una condición limitante para que se respalde esa postura, en otras palabras eso no es un revolver que le ponen a uno en el pecho y el perro no está obligado a querer al amo solo porque este lo alimenta, pero sin embargo es un factor bien importante y creo que es la piedra angular para analizar las causas por el cuál un gobierno con tantos defectos y otros adjetivos descalificativos sigue teniendo apoyo popular.

Es entonces cuando se puede decir, que mientras siga siendo el Estado la mayor fuente de empleo, va a seguir siendo (en teoría) él y su política la corriente con más respaldo popular. Y es que miren, un gobierno, un jefe, un supervisor, un presidente, incluso el dueño de un perro pueden cometer muchos pero muchísimos errores, pero la gente no come ni con principios, ni con opiniones, ni con discursos ni con caricias, la gente come es con el dinero que se gana para comprar la comida. Es cierto que todas las malas decisiones que un superior (en este caso el Gobierno) pueda tomar afectan directamente a la actualidad de su empleado (entiéndase: el pueblo) pero hay que tener tan bien claro que mientras que la gente siga siendo dependiente de su empleador, porque es este el único que puede financiar su ritmo de vida, aquí no hay cabida para que nadie mueva un alfiler y remover a su empleador de sus funciones. Y con esto no estoy enviando un mensaje apocalíptico de una pelea perdida, no. Con esto lo que quiero decir es que mientras se siga manteniendo esta situación, a quienes contrariamos la forma de gobierno del ejecutivo nacional nos van a tener la partida robada. Repito, más allá de que los ciudadanos (que no son todos los pobladores) se den cuenta de que el camino que está tomando la nación no sea el correcto, sino hay plata para comer no hay fuerza para recorrer ningún camino, sea correcto, incorrecto, largo, corto, como sea.

Finalmente quisiera acotar, que lamentablemente las cosas son como son y no como deberían ser, y que todos los que queremos que las cosas sean como deben debemos luchar contra ese precepto y su adversidad. Y reitero, más allá de enviar un sentimiento de decepción y desespero, busco es aclarar las luces y enfocar los puntos claves de esta “lucha” Porque para saber vencer una fortaleza primero hay que saber cuál es y donde está. Es esta una ficha dentro del mapa del juego de los políticos, que lamentablemente no es Risk o Monopolio, es el presente y el futuro de todas nuestras vidas.


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